Hace un tiempo en este planeta tierra hubo un niño que se dedicó en su corta pero sustanciosa vida a dar mucho amor a todo los seres que lo rodeaban.
Así , día a día despertaba y repartía sonrisas, se entregaba completo, animaba a todo aquel que amanecía con cara triste, ayudaba dentro de sus posibilidades a quien lo necesitara y se atravesara en su camino.
Desde pequeño le gustaba cantar primero a llanto gritón, pero poco a poco fue mejorando su voz hasta divertirnos y deleitarnos con sus canciones, con algunas fijaciones entre The Doors y el Coyote de José Alfredo J. y todo lo que puede haber entre este extremo de géneros.
Le gustaba la fiesta y a todos movía para pasar buenos momentos.
Necio si se proponía algo hasta no lograrlo dejaba de intentarlo en todo estudios, viajes, etc.
Pero un buen día se fue sin despedirse y ahora lo vemos cada noche brillar como una gran estrella, ahí habita ahora, en esa estrella que al mirar el firmamento da unos destellos especiales.
Gracias Carlos por todo el amor que nos entregaste, por tu sonrisa, por tu tiempo y dedicación, por tu ejemplo.
HASTA SIEMPRE
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